ROMPIENDO EL CÓDIGO DE LA MAGIA

DESVELANDO LOS SECRETOS

Publicado el 13 may 2020

Indocilis Privata Loqui , en palabras de los miembros del Magic Circle Britanico que es el más antiguo de Europa y el segundo más antiguo del mundo, significa "no apto o incapacitado para revelar secretos". Los miembros deben comprometerse a no revelar secretos mágicos a nadie, excepto a los propios magos y de buena fé, bajo pena de expulsión.

Paradogicamente el propio David Devant, primer presidente de la entidad, fue expulsado del círculo que ayudó a fundar y del que era su primer presidente, bajo la  acusación de haber quebrantado este principio, por haber publicado un libro en el que exponía los secretos de su magia.

Esto supuso un duro golpe para él,  quien había sido "el mago más grande de Inglaterra, posiblemente el mago más grande del siglo XX". Esta expulsión acabó revelándose como un gran error y una injusticia, pues la publicación de un tratado sobre la magia y mas concretamente sobre su propia  magia,  de la que él mismo era autor, fue considerado como un trabajo  necesario, a fin de proteger y crear un legado para la propia comunidad mágica, pues tal y como venia sucediendo en la historia de nuestro arte, con el transcurrir del tiempo los secretos a menudo desaparecían junto a los artistas y sus ilusiones.

La escasez y la poca calidad de las  publicaciones existentes, contribuían en cierta manera a la conservacion de los  secretos, pero en contraposición, resultaba enormemente difícil su aprendizaje, su estudio y conservación.
Una vez entendida la motivación que llevó a D.Devant a publicar sus secretos,con la intención de contribuir a la necesaria protección de su legado y a la modernización del arte de la magia, de la misma manera que con anterioridad lo habían hecho y por los mismos motivos, indiscutibles figuras como por ejemplo el propio Robert Houdin (padre de la magia moderna), David Devant fué restituido y nuevamente aceptado dentro de la comunidad, siendo reconocido, hasta hoy día, como uno de los mejores magos de la historia y figura indiscutible de la Magia.

Con la llegada de la televisión, asistimos a otra paradoja con la que nuestro arte volvió a verse convulsionado, actos que habían permanecido en cartel durante décadas, pues para verlos se hacía necesario acudir irremediablemente al teatro o la sala donde eran representados, con el nuevo invento un acto o rutina llegaba a miles  de espectadores en una sola noche.

No tardó en pasar mucho tiempo, hasta que descubrimos que ese monstruo, en una sola emisión, en una sola jornada, en apenas unos minutos, era capaz de engullir el talento y el esfuerzo de años de ensayo y trabajo, ofreciendo a  millones de espectadores de una sola vez, lo que estos hubieran tardado unos treinta o cincuenta años en consumir, asistendo de forma regular a los teatros y las salas. Como consecuencia, la duración en cartel de los números y espectáculos, se fue reduciendo drásticamente como la asistencia del público a los teatros. 

Aunque la magia al principio del fenómeno televisivo, parecía estar a salvo, ya que ofrecía en sus representaciones en vivo, una visión caleidoscópica, un derroche cromático y efectista compuesta por múltiples cambios de color en pañuelos, ramilletes y todo tipo de objetos y vestuario, que aquellas primeras emisiones de televisión no podían reproducir, esta  ausencia de  color y definición pareció ser una factor que jugaba a favor de los espectáculos de  magia. Pero la televisión no tardó en superar este obstáculo y con la llegada del color y una mejorada definición de la imagen, pronto hizo sucumbir las vanas esperanzas de aquellos que no supieron comprender la enorme transformación que con la llegada de la televisión iba a sufrir absolutamente y en muchos aspectos, toda la sociedad de la cual innegablemente los magos e ilusionistas formaban parte. 

Con el desarrollo de la televisión surgieron nuevos códigos y sistemas así como posibilidades que cambiarían la forma de ver el fenómeno televisivo con respecto al arte mágico, pronto comprendieron que en contra de lo que se pensaba, la televisión bien podía ser una aliada de nuestro arte y  aquellos que tuvieron  la posibilidad de participar en  programas, de lo que hoy conocemos como de máxima audiencia y emitidos en prime-time, mostrando efectos especialmente pensados y creados  para ser vistos por este medio, vieron recompensado su esfuerzo, ya que su popularidad se vio incrementada de la noche a la mañana, y en contra de lo que en principio sucedió,  se tradujo inexplicablemente en un incremento de las ventas de entradas de sus espectáculos, por el contrario, aquellos cuya aparición televisiva era desaprovechada por presentarla sin tener en cuenta las características propias al medio, descubrieron que los los fallos en televisión, no solo se pagan caros ya que quedan grabados y registrados, sino que  ademas,  eran  vistos por millones de espectadores, lo cual suponía  un precio muy alto  que los artistas del engaño debían pagar por  su osadía,  pasando por el medio sin pena ni gloria o  acabando con una reputación duramente ganada durante años, por una deficiente actuación en un medio que difería mucho de los habituales en los que  estos artistas estaban acostumbrados a actuar, la fama y el prestigio podían ganarse o perderse en una sola aparición por televisión,  como si de una ruleta rusa se tratara.

La convivencia y el respeto entre la magia y la televisión se mantuvo durante muchos años, desde sus inicios la magia tuvo a sus mejores representantes  en programas tan populares y respetados como el Show de Ed Sullivan,  con los años la magia y los magos llegarían a disfrutar de espacios propios dentro de la televisión en  la mayoría de los países, donde surgirían programas de gran formato y producción como los de Paul Daniels para la BBC, los especiales de Doug Hening, Lance Burton o David Cooperfield.

Esta Luna de miel basada en el respeto que tantos años había durado se vio traicionada y rota de forma abrupta con la aparición de un nuevo fenómeno generado por la propia televisión, la guerra de las audiencias, con la cual se cometió la mayor traición que podía cometer  el medio televisivo a quien había sido hasta la fecha una amiga y aliada al ROMPER EL CÓDIGO SECRETO DE LA MAGIA.
No ahondaré ni daré difusión a  las motivaciones que el enmascarado mago, (Val Valentino) tenia para justificar lo injustificable. 

Baste con decir que mata tanto quien dispara el arma, como quien da la orden de disparar.

A partir de este fenómeno, no existe la magia en televisión, existe televisión en la que la magia, es usada, como lo es la música, la literatura, la cocina, un ratón de campo, una noticia o una coliflor. 

Y con esto llegamos a la aparición de la red de redes, que trajo el inevitable y repentino fin del secreto de la Magia. Fin del aprendizaje a través, de la búsqueda y adquisición de libros y textos  difíciles de encontrar, en los que los maestros de la magia, página a página nos transmitían sus secretos y sus creaciones; nos ayudaban a pensar la magia de una forma consciente, con enorme respeto y sacrificio, disfrutando el viaje y la aventura que supone cada nuevo logro alcanzado, valorando la evolución de las continuas horas de lectura y ensayo en base a la dualidad prueba - error, donde aprendíamos a decodificar a través de la lectura,  a interiorizar de forma lenta y pausada la psicología de la magia, a valorar cada libro y cada efecto, como si del más preciado de los tesoros se tratara. La posesión de una biblioteca mágica y de un mínimo de material para nuestro repertorio, suponía  una homérica odisea, ante la enorme dificultad que suponía, encontrar tanto libros como material lo que sumado, a los  escasos recursos de los que  disponíamos en una sociedad más centrada y necesitada en poder subsistir día a día, hacía que fuera casi un milagro poder adquirir, tanto libros como materiales que a menudo por su escasez resultaban enormemente caros, casi prohibitivos, con los que tratábamos de descifrar los códigos en ellos escondidos, los arcanos y misteriosos secretos, de nuestro milenario arte, que como  enigmas y jeroglíficos  se mostraban ante nosotros y transmitíamos a nuestro publico, en forma de efectos, rutinas y juegos procedentes de las  fuentes del conocimiento  que por derecho habíamos adquirido.

Pero de la noche a la mañana todo esto cambió, con la aparición de la red de redes, el conocimiento durante siglos guardado y al que solo solo se accedía de la forma anteriormente descrita, como si de un milenario rito iniciatico se tratara, donde el sacrificio que los dioses exigían, incluía la entrega de nuestra propia existencia para hacernos merecedores de ese  conocimiento sagrado, que nos permitía el  paso de la oscuridad a la luz, de forma lenta, con el paso de los años y una absoluta devoción y dedicación, todo, absolutamente todo, desapareció de la noche a la mañana, la naturaleza de nuestro arte y sus secretos quedaban reducidos a un golpe de click . 

Internet trajo consigo la proliferación de nuevas generaciones de ilusionistas, cuyo aprendizaje dejó de ser fruto de una ardua búsqueda y una lectura e investigación, en la que estábamos carentes de referentes visuales, donde una serie de ilustraciones  contribuían mas a nuestra propia interpretación e  imaginación que a la  resolución de las muchas dudas y por ende a la correcta ejecución de las técnicas en ellos expuestas.

Estas nuevas generaciones han adquirido sus conocimientos a través del acceso directo e inmediato a la información y la compra on-line de todo tipo de libros y materiales. Con un  proceso de aprendizaje a través de  la visualización de vídeo-tutoriales, han eliminando de un plumazo el uso de la imaginación y limitando la capacidad de error, donde el proceso de aprendizaje se muestra mucho más rápido y efectivo, ya que técnicamente proporciona mejores resultados.

Otra cosa es el conocimiento y la experiencia principalmente intelectual, psicológico y vital que otros métodos mas pretéritos nos proporcionaron a las generaciones anteriores; de los cuales podría hacer una defensa tan elocuente como infértil.

Internet ha venido para quedarse, nos guste o no. Los que tenemos más de cuarenta años,  nueve más, asistimos a la desaparición de un mundo con todo lo bueno y malo que tuvo.  Aferrarse al inmovilismo o a la critica sistemática de todo lo nuevo y moderno, en defensa de unos valores y unas tradiciones que forman parte irremediablemente del pasado, es un proceso natural del envejecimiento, una resistencia a la propia desaparición que debemos asumir con mucha más entereza y sabiduría de lo que lo hicieron nuestros predecesores, asumiendo que tal posicionamiento solo beneficia a las mentes más conservadoras y neo liberales a (los de siempre); a aquellos que se niegan a abandonar sus privilegios aun en contra del inevitable progreso. Vayan dejando paso, que las nuevas generaciones están aquí y afortunadamente en muchísimos aspectos son infinitamente mejores de lo que lo fuimos nosotros. No reconocérselo y aceptarlo es en sí, un posicionamiento tan estéril como ridículo.

Retomando el tema de las nuevas generaciones y las redes, proliferan los ilusionistas que han decidido aceptar como una nueva realidad intrínseca a ésta, la ausencia del secreto. 

Una vez más nos enfrentamos a la ruptura del codigo de la magia :

Si lo que revelas de forma abierta libre y gratuita en la red, es fruto de tu propio trabajo y tu intelecto, adelante...cada uno es libre de  hacer lo que estime conveniente con el  fruto de su propio trabajo. Pero si lo que revelas es un trabajo ajeno, es repertorio y material de otros o por clasicos pertenecientes a toda la comunidad, no trates de justificar tu acción, disfrazándola de hecho puntual o solidario, o intentar venderlo como una nueva forma o estilo, pues es del todo injustificable. 

Pues si está en la red, deja que lo busquen ellos, no les hagas tú el trabajo, ¿no crees?,  mostrar que la magia es algo simple y sencillo, algo que todo el mundo puede hacer es absolutamente falso y contraproducente. Además de contribuir a que nuestro arte sea percibido como un mero hobby, o un simple entretenimiento que no requiere de estudio,  trabajo, esfuerzo y sacrificio. Estás ofreciendo una visión simplista y falsa, con la cual  seguramente ganes seguidores, que te ayuden a engrosar  tu cuenta bancaria o superar tus muchos traumas infantiles, pero lo estas haciendo a costa del trabajo y el esfuerzo de otros y esto te convierte en un parásito, un renegado, un irresponsable, a la vez que pones de manifiesto  un ego directamente proporcional a tu falta de ética.

Seguramente con Internet estaremos asistiendo a un nuevo paradigma en el que todos nos equivocamos salvo vosotros, seguramente os estamos juzgando injustamente, porque somos incapaces de valorar vuestra capacidad de reacción y adaptación a los nuevos tiempos, seguramente seamos una caterva de fracasados, envidiosos e inmovilistas, pero  todo esto, será verdad cuando aquello que desveléis en la red sean los secretos, los juegos, los efectos y rutinas  de vuestra propia creación y que habéis publicado en vuestro propio libro.

Hasta entonces,. los argumentos que podáis esgrimir, son tan vacíos como lo fueron en su día los del mago enmascarado y esto va por todos vosotros, los que esgrimiendo toda clase de argumentos destruis lo poco que de la magia queda, desvelando sus secretos y quebrantando su código.

CHARLEY MAX

INSIGNE EX MAGUS